El 3 de setiembre de 1872, habla de su vocación religiosa con su confesor, el Padre Pedro Gual.
La mañana del 27 de enero de 1878, se presento Rosa Mercedes en el convento, resuelta a ser monja de las Clarisas. Luego, sus padres la envían a Francia para que desista de la idea de ser religiosa, pero era tan grande el amor que le tenia a Dios, que vuelve a golpear las puertas del convento de la Sagrada Familia; en este convento nace su vocación de fundar una Congregación que se dedique a la Reparación, mediante la Adoración Eucarística.